Los trastornos por separación son muy frecuentes hoy en día y se dan tanto en el caso de un desprendimiento real del perro del dueño como cuando la separación es sólo parcial y el dueño, por ejemplo, está en otra habitación.
Las causas vienen dadas por un hiperapego hacia una determinada persona o una incapacidad para soportar la soledad con estados de frustración y pánico.
En el origen no siempre hay ansiedad, a veces hay estados emocionales del perro que se queda solo en casa: un sujeto con un temperamento fuerte no tolera y es incapaz de manejar tal situación, o un sujeto traumatizado ya pelea con determinadas miedos
Una persona que sufre de un miedo específico es más probable que experimente otros.
Es necesario informar a los dueños que el perro dejado solo por más de seis horas vive en una condición no apta para su especie y no es seguro que pueda adaptarse.
Los animales sociales se sienten estables y cómodos solo cuando están cerca de aquellos con quienes han establecido un vínculo.
Los perros heredan estos rasgos genéticos que los preadaptan a la vida en manada, compartiendo recursos, comunicación y desarrollo de vínculos afectivos.
Hoy en día tenemos muchos perros que se comunican mejor con los humanos que con sus congéneres, característica marcada en la tipología de compañía.
Es necesario considerar la adaptación evolutiva del perro : el vínculo de apego a la madre se transfiere al dueño con quien dura toda la vida, el nivel de independencia es muy variable, los perros quieren participar en las actividades del dueño y estar con él.
El cachorro debe acostumbrarse a estar solo por períodos cortos, teniendo en cuenta que la corrección de cualquier problema de separación requiere entonces la intervención de un veterinario conductista .
Factores de riesgo del trastorno de separación:
- Adopción temprana de cachorros huérfanos o arrebatados prematuramente a su madre (antes de las 5-6 semanas);
- múltiples readopciones o intercambio de diferentes perreras;
- los perros no esterilizados tienen un tercio del riesgo de tales dolencias;
- los perros de un solo dueño tienen un riesgo dos veces y media mayor que los que viven con varias personas;
- muerte o pérdida del propietario;
- muerte o pérdida de perros o gatos convivientes;
- cambios en la rutina (los niños comienzan la escuela y el perro pierde a su compañero de juegos);
- la presencia de otros perros no siempre es relevante: adoptar un segundo perro como compañero no resuelve necesariamente el problema de la separación.