Debido al Covid-19, la convivencia forzada las 24 horas en la familia puede derivar en situaciones estresantes para un animal si hay niños . Para que la convivencia entre el perro o gato y los niños sea tranquila y agradable, es muy importante seguir la regla del respeto a las mascotas ; una regla que en este periodo de convivencia obligada en casa todos juntos es más estricta que nunca.
Es muy importante supervisar a los niños cuando juegan con animales ; además, se les debe enseñar a conocer el lenguaje canino y felino, a respetar a los animales y velar por su bienestar.
Los niños pueden involucrarse en juegos con animales para fomentar el vínculo y la interacción , pero es necesario que estos comprendan, con una palabra o un gesto, lo que está a punto de suceder, y esperen a que decidan si quieren hacerlo o no. eso
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En cualquier caso, es recomendable reservar un espacio específico para tu mascota , y asegurarte de que realmente pueda disfrutar de momentos de tranquilidad aquí.
La convivencia entre animales y niños es una preciosa oportunidad de crecimiento y enriquecimiento tanto para el niño como para el propio animal.
Los animales pueden llegar a ser excelentes compañeros de juegos pero hay que recordar que nunca pierden sus características naturales y acostumbran al niño a una relación y comunicación que es sobre todo corporal (como a través de las caricias, el contacto físico, el olfato, el calor, el movimiento).
Convivencia entre animales y niños: estos son los consejos
- El niño debe ser educado para relacionarse correctamente con el animal : no sorprenda al animal dormido ni toque sus cosas ni invada su espacio crítico;
- El niño (si tiene la edad suficiente) no debe ir directamente al perro, sino aprender a llamarlo;
- Es útil que el niño y la mascota se acostumbren a pasar tiempo juntos creando diferentes hábitos que fortalezcan el vínculo y generen confianza mutua . Por ejemplo, haga que el niño juegue regularmente con el perro, que le prepare la comida, que lo cepille, que le hable, que lo saque a pasear (con los padres);
- Los niños deben ser educados para no asustar a los animales y respetar sus lugares de descanso y alimentación;
- Nunca deje a un niño (especialmente hasta los 6 años) solo con un perro y no lo deje jugar solo o si no está a la vista de un adulto.
Es importante recordar que cualquier señal negativa hacia el niño es preocupante (el perro sale corriendo cuando llega el niño, intenta escapar, gruñe, posesividad sobre objetos o comida…).
Ante signos de este tipo, es fundamental consultar a un veterinario conductista para la correcta integración del animal.