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Adoptar un segundo perro: qué hacer para evitar peleas

La familia que adopta un nuevo perro debe estar informada sobre los posibles riesgos que podría enfrentar y cómo debe saber administrar los recursos para evitar posibles disputas.

• Nunca des la comida primero al último que llega: es una regla de la manada que existe en la naturaleza y que también hay que respetar en casa. Es preferible administrar las comidas en diferentes salas para evitar posibles conflictos. Preste atención a la gestión de juegos y huesos, en algunos casos podrían surgir peleas.

• Cualquier disputa podría surgir incluso si los dueños mostraran un marcado interés solo por el perro recién llegado: no sería éticamente correcto y el perro «viejo» mostraría a la larga un fuerte resentimiento tanto hacia los miembros de la familia como hacia el otro. animal. Además, para llamar la atención, puede adoptar comportamientos como lamerse una pata o perseguirse la cola.

• No es recomendable sacarlos siempre juntos. Es agradable para ambos salir juntos y por primera vez es útil para facilitar su afiliación. Posteriormente, para independizar al perro más joven del mayor, es recomendable realizar dos paseos alternos.

• Es fundamental que se cree una relación de amistad y respeto entre los dos sujetos. Si ambos perros han encontrado al líder de referencia en la casa, entonces no habrá problemas para gestionar los paseos. No es recomendable salir siempre con los dos a la vez, ya que esto puede, a la larga, hacer que el perro que llega en segundo lugar se sienta inseguro.

• No descuide a la mascota que llega primero: esta es una regla a señalar durante la visita. Si era costumbre que alguien de la familia jugara con él a una hora determinada del día, habrá que seguir haciéndolo. La llegada de la segunda mascota no debería alterar la vida de la primera.

• No los deje solos en los primeros días. Siempre es necesaria la supervisión de una persona, al menos hasta que se tenga la certeza de que el primer perro ha aceptado al segundo.

• Las demostraciones afectivas deben dosificarse de manera inteligente y esta es una de las tareas más difíciles por las que deben pasar los miembros de la familia. Cualquier actitud demasiado propensa al segundo perro podría derivar en conductas negativas en el primero e ir a complicar y socavar ciertos tipos de equilibrio creados previamente.

• Cuando los miembros de la familia regresan a casa, deben saludar primero al primero que llega y luego al segundo: siempre se deben respetar las jerarquías.

• Cuando juegan, los perros disfrutan simulando la realidad, por lo que sucede que se muerden unos a otros. Saber ajustar la mordida es fundamental. A veces, apretar demasiado es señal de que el perro no ha aprendido de su madre a inhibir la mordida, o se lo ha enseñado un educador (así que sabe lo que significa, pero sólo puede hacerlo con personas), o se comporta así para expresar su dominio.