La disfunción cognitiva en animales de edad avanzada es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por cambios potencialmente peores en el cerebro que causan varios comportamientos anormales.
En los seres humanos, la enfermedad se reconoce como enfermedad de Alzheimer .
En los animales, este síndrome se subestima : la escasez de información se debe a la falta de consulta de los médicos veterinarios por parte de los propietarios que interpretan erróneamente algunos comportamientos problemáticos como una ocurrencia inevitable de la edad senil.
Las similitudes entre la patología humana y canina han llevado a los científicos a investigar todos los aspectos de la disfunción cognitiva con el objetivo de avanzar en la investigación del Alzheimer.
Es una patología ligada al envejecimiento patológico del cerebro . Los primeros cambios en los perros ocurren en la corteza prefrontal entre los 8 y los 11 años de edad.
Este síndrome en muchos casos no presenta síntomas clínicos reconocibles , y muchas veces los signos que conducen a un diagnóstico certero son de naturaleza conductual : cambios en la forma en que interactuamos desde un punto de vista social y ambiental, alteraciones en el ritmo de sueño-vigilia, eliminación inapropiada y desorientación.
En algunos casos, los cambios de comportamiento son comparables a los síntomas del síndrome de Alzheimer en humanos: ausencia de conexión entre el comportamiento y el entorno circundante; el perro , visto a través de los ojos del amo, parece un extraño en su propia casa.
Se debe considerar el fuerte impacto emocional que este síndrome tiene en el dueño de la mascota, ya que el comportamiento es el mayor indicador de la fortaleza de la relación.
El manejo de este síndrome implica soporte conductual y nutricional asociado a tratamientos farmacológicos.
Los animales de edad avanzada afectados por este síndrome necesitan especialmente un apoyo conductual para dar estructura y previsibilidad al entorno que ayude a que el perro comprenda lo que le espera y a tranquilizarlo.