El xilitol es una sustancia extraída principalmente de la corteza de abedul , utilizada como edulcorante por los humanos, pero peligrosa, por ser muy tóxica, en los perros.
¿Qué es el xilitol?
Con el mismo poder edulcorante que la sacarosa, pero con un menor aporte calórico, el xilitol está gozando de cierto interés como sustituto del azúcar en la alimentación humana.
Además, es apreciado por los diabéticos por su bajo índice glucémico y existen evidencias de sus efectos en la reducción del riesgo de caries.
Se usa principalmente en la goma de mascar , que contiene hasta 1,5 g de xilitol por unidad cuando es el edulcorante principal en la etiqueta, y hasta 300 mg en caso contrario.
También está presente en dulces, medicamentos, productos dentales (incluidos los destinados a perros, pero en bajas concentraciones).
Además, se utiliza cada vez más para uso culinario como sustituto del azúcar (en envases similares a los del azúcar blanco, porque la cantidad a utilizar es la misma).
A veces se denomina » azúcar de abedul » o se menciona como un aditivo E967.
Los otros edulcorantes comunes (aspartamo, stevia, sorbitol, manitol, etc.) no muestran una toxicidad comparable al xilitol en perros.
Especies afectadas y dosis tóxica
Se ha demostrado una buena tolerancia al xilitol en humanos .
Solo cuando el consumo supera los 130 g/día puede presentarse diarrea.
Lo mismo ocurre con la mayoría de las otras especies, a excepción del canino.
De hecho, entre las mascotas, el perro es la principal víctima de intoxicación por xilitol , debido a su particular sensibilidad.
Los hurones también parecen verse afectados, mientras que se ha informado de un efecto de esta sustancia sobre la insulina en conejos, vacas, cabras y aves.
Por el contrario, los gatos, las ratas y los caballos no son sensibles a esta sustancia .
En perros , una dosis de 100 mg/kg provoca hipoglucemia , mientras que 500 mg/kg de xilitol provoca insuficiencia hepática (con variaciones individuales).
No se han establecido umbrales de toxicidad para los hurones.
¿Qué causa la intoxicación por xilitol en los perros?
En perros, el xilitol induce una importante secreción de insulina (alrededor de seis veces la inducida por la glucosa) dentro de los primeros 20 minutos posteriores a la ingestión.
La insulina alcanza su punto máximo después de 40 minutos, lo que provoca una hipoglucemia grave .
También causa toxicidad hepática en perros .
Síntomas de intoxicación por xilitol
La absorción es rápida , el pico de su concentración en la sangre se produce aproximadamente 30 minutos después de la ingestión.
Esto puede retrasarse dependiendo de la presentación del producto ingerido: el chicle recubierto sin masticar se desintegra más lentamente.
Los primeros síntomas aparecen generalmente a la media hora de tomarlo .
Sin embargo, también pueden ocurrir más tarde: dentro de las 12 horas o incluso hasta 48 horas después.
En caso de duda o certeza de ingestión por parte del animal de alimentos que contengan xilitol, contacte inmediatamente con su veterinario .
Los principales síntomas de intoxicación por xilitol en perros son: vómitos ; hipoglucemia severa, con debilidad, letargo, incluso coma, convulsiones; diarrea ; daño hepático con ictericia.
Como consecuencia de la insuficiencia hepática, también se pueden observar trastornos de la coagulación y encefalitis.
Diagnóstico, terapia y pronóstico.
El diagnóstico se basa fundamentalmente en la anamnesis, por tanto en la recopilación de hechos previos a la visita veterinaria.
Aunque se puede detectar en restos de alimentos ingeridos, el xilitol no se busca con análisis específicos porque su metabolismo es rápido.
Se realizarán otras pruebas para evaluar la evolución clínica y adecuar la terapia.
En primer lugar, cabe señalar que no existe un antídoto .
La terapia implica el uso de eméticos (o lavado gástrico), que sin embargo deben ser administrados por el Médico Veterinario tempranamente , debido a la rapidez de absorción de la sustancia.
De hecho, el manejo oportuno e integral mejora el pronóstico .
En el caso de una hipoglucemia aislada, esto suele ser bueno.
Es menos favorable si hay daño hepático y varía según su intensidad.
Finalmente, en los casos de hepatitis fulminante, el pronóstico es malo.