La criptorquidia, extremadamente común en los perros , es la falla de uno o ambos testículos para descender al saco escrotal.
En el gato , en cambio, parece tener una incidencia muy baja como para ser considerado un caso raro.
En el momento de la adopción del cachorro, generalmente alrededor de los dos meses , los testículos ya deben estar en “asiento” o en la bolsa escrotal.
Sin embargo, en ocasiones, el descenso de los testículos puede retrasarse y producirse en los meses siguientes.
No obstante, si se superan los seis meses , la posibilidad de un posible descenso será mínima.
¿Por qué ocurre?
Las causas de esta anomalía son genéticas : aunque se necesitan más estudios para entender cómo se transmite, es casi seguro que no se trata de un único gen implicado sino de varios (herencia poligenética).
Desafortunadamente, el problema no es sólo estético: el testículo no descendido podría , de hecho, sufrir una torsión y con el paso del tiempo tiene una probabilidad muy alta de convertirse en una neoplasia maligna.
Por eso es muy importante que los perros o gatos con criptorquidia intervengan lo antes posible. Además, al ser una patología transmisible, es fundamental no utilizar nunca estos sujetos para la reproducción.
¿Cómo se hizo el diagnóstico?
El veterinario procederá a la palpación del escroto del animal para comprobar la presencia de ambos testículos. Si alguno de ellos no estuviera presente (o ambos en determinados casos), el veterinario procederá a palpar la región inguinal del animal en busca del testículo retenido (generalmente más pequeño y ahusado que el que normalmente se encuentra).
La ecografía se utiliza en los casos en que no se puede identificar el testículo no descendido .
Lo más probable es que el testículo no haya descendido y esté en la cavidad abdominal.
¿Cómo se trata la criptorquidia?
El tratamiento recomendado es esencialmente quirúrgico o proceder a la extirpación del testículo no descendido .
Si este se ubica en la zona inguinal, la operación será muy sencilla, mientras que si se ubica en el abdomen , será necesario proceder por laparotomía (apertura quirúrgica del abdomen del animal) para extirpar el testículo.
Una excelente alternativa a esta técnica quirúrgica tradicional es la laparoscopia : el uso de un endoscopio para acceder a la cavidad abdominal y extraer el testículo retenido; esto permite menos complicaciones intraoperatorias y postoperatorias, así como mínima invasividad.
No se recomienda el tratamiento médico de la criptorquidia debido a su naturaleza hereditaria y es posible que no sea eficaz en todos los casos.