Los perros han asumido un importante valor en el campo de la fauna , interviniendo de forma positiva en la conservación de las especies, tanto domésticas como salvajes, conservando no sólo un valor ecológico, sino también económico y sociocultural.
Los perros de protección del ganado son un activo importante en un programa general de gestión de la depredación.
Son perros grandes y fuertes, seleccionados durante cientos de años por el hombre con el objetivo de proteger a las manadas de los depredadores (fuerte instinto protector) sin molestarlas ni dañarlas (fuerte apego y fiabilidad).
Un perro guardián es capaz de autogestionarse en el trabajo , evaluando de forma autónoma las distintas situaciones sin tener la necesidad constante de la intervención del pastor.
Varios estudios han demostrado que estos animales actúan como un elemento disuasorio para los ungulados salvajes (ciervos, etc.) sacándolos de las áreas donde están presentes, reduciendo la competencia por el alimento en los pastos, el riesgo de transmisión de enfermedades y cualquier daño a los cultivos.
Los perros guardianes son muy diferentes a otras razas que trabajan con ganado, como la «toccata» o perros de conducción , que tienen la tarea de acorralar al ganado y acompañarlo de una zona a otra .
Estos últimos desarrollan un vínculo muy fuerte con el hombre y permanecen siempre a su lado, creando una relación de verdadero mutualismo: los hombres brindan cuidado, nutrición y protección, y los perros ofrecen un trabajo único y fundamental.
Muestran movimientos depredadores que inducen al ganado a alejarse de ellos, algunos son más rudos y tienden a morder los corvejones del ganado para estimularlo a moverse, otros, como el Border collie, especialistas en conducción sin contacto y sin voz, funcionan mejor con ovejas, más delicadas y sensibles a acercamientos demasiado bruscos.
LOS PERROS Y EL SEGUIMIENTO Y CONSERVACIÓN DE ESPECIES Y FAUNA
Otra contribución importante en el seguimiento y conservación de especies y fauna la ofrecen los perros detectores que pueden intervenir en el censo de especies de interés mediante la búsqueda y reporte de heces o en la detección de especies dañinas (ej. insectos fauna exótica).
Desde 2014, como parte del proyecto Life Wolf Alps, funcionan en Piedmont cuatro unidades de perros antivenenos que pueden informar al guía sustancias tóxicas puras (etilenglicol, metaldehído, endosulfán, bromadiolona, utilizadas en los rodenticidas más comunes cebos), asociaciones de sustancias tóxicas y sustancias apetecibles (la clásica «albóndiga envenenada»), sustancias orgánicas apetecibles sin tóxicos, pero nocivas por contener material peligroso (clavos, vidrio) o restos de animales muertos.