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Diagnóstico, tratamiento y prevención de la piometra en perros y gatos

El diagnóstico de la piometra se realiza reconstruyendo el cuadro clínico del animal a partir de la anamnesis (su historia clínica), con la ayuda de pruebas de laboratorio y diagnóstico por la imagen .

Los análisis de sangre pueden destacar: el aumento de glóbulos blancos y enzimas renales y hepáticas ; este aumento es directamente proporcional a la severidad de la toxemia y al grado más o menos elevado de afectación de los órganos internos, entre ellos principalmente el riñón.

Finalmente, en cuanto al diagnóstico por imagen, se puede proceder con la radiografía, que sin embargo nos permitirá evaluar únicamente la posible distensión del útero, o con la ecografía . Esta última es sin duda la mejor herramienta para el diagnóstico de esta patología, permitiéndonos evaluar tanto la distensión efectiva como la estructura de la pared uterina y, por último, pero no menos importante, un posible compromiso de la cavidad abdominal.

Estos datos son importantes para la evaluación de un posible tratamiento farmacológico conservador , que en ocasiones puede tenerse en cuenta para aquellos sujetos de alto valor genético, cuyos propietarios deseen mantener la fertilidad. Desafortunadamente, sin embargo, esto siempre disminuye después de que el útero se ha visto afectado por la piometra.

Piometra: ¿cómo se trata?

Tras una evaluación muy cuidadosa de todos los síntomas, el grado de afectación general del paciente y la posible necesidad de proceder a la estabilización (sobre todo en los casos más graves), las opciones terapéuticas que se presentan son esencialmente dos: terapia médica (es decir, una únicamente farmacológica al problema), o cirugía (ovariohisterectomía).

Hay que reiterar que nunca y bajo ningún concepto se debe subestimar esta patología ya que puede poner en grave peligro la vida del animal.

En pacientes críticas , generalmente aquellas con cuello uterino cerrado, se requiere una adecuada estabilización (administración de antibióticos y fluidoterapia intravenosa) antes de la cirugía.

También se recomienda la estabilización de pacientes geriátricos que, aunque no estén en estado crítico, ya no son ‘jóvenes’, ya que, como se explica en el artículo anterior , el útero de las perras y gatas de cierta edad sufre esas modificaciones parafisiológicamente (degeneración) que hacen particularmente predispone a la patología.

En otros casos, como aquellos en los que el cuadro general no es grave (generalmente piómetra con cuello uterino abierto) o en hembras jóvenes destinadas a la reproducción , se puede optar por una terapia conservadora , utilizando fármacos que por un lado antagonizan la acción de hormonas (progesterona) en el útero y, por otro lado, permiten el vaciado del órgano aumentando su contractilidad (prostaglandinas) y eliminan las bacterias en circulación (antibióticos).

La importancia de la prevención

Teniendo en cuenta la incidencia de la enfermedad, especialmente en la perra, y las repercusiones que ésta puede tener en la salud del animal, la prevención juega un papel fundamental.

Durante muchos años, la extirpación quirúrgica de los ovarios (ovariectomía) o de ambos órganos (ovariohisterectomía) ha sido la técnica de elección para la prevención de patologías uterinas.

Esta técnica sigue siendo el método más eficaz en la actualidad.

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que las hormonas producidas a nivel ovárico influyen mucho en el metabolismo proteico, la osificación, el sistema inmunitario y tienen efectos neurotróficos y neuroprotectores ; influyendo así también en el comportamiento del animal.

Esto significa que, particularmente en algunas razas predispuestas a patologías de origen ortopédico y neoplásico (Golden Retrevier y Rottweiler), será necesario evaluar cuidadosamente la relación riesgo/beneficio de la cirugía.

Un método de prevención muy válido e innovador lo representa el uso de dispositivos de acción prolongada que permiten la «esterilización química» de nuestros animales.

Esto significa que es posible «pausar» temporalmente la producción de hormonas por parte del ovario, evitando que el animal se quede sin ellas de por vida.