Un perro estresado, por lo general, puede jadear o tener las pupilas dilatadas, tender a temblar o moverse más rápido e inquieto de lo habitual sin poder calmarse.
Un perro estresado también puede mostrar otros signos, como adoptar una postura baja, con las extremidades flexionadas, las orejas hacia atrás y la cola hacia abajo.
A veces, un perro bajo estrés también puede recurrir al uso de señales calmantes como bostezar, rascarse, mirar hacia otro lado e incluso lamerse la nariz o los labios.
¿Por qué es importante reconocer a un perro bajo estrés?
Por lo tanto, es muy importante que el dueño siempre sea muy cuidadoso al reconocer signos estresantes en el perro : el animal intenta comunicarse a través de estos signos confiando en su capacidad para comprenderlo y ayudarlo.
Comprender los signos estresantes le permite rastrear la fuente de estrés para el animal y luego remediarlo, gracias también a la ayuda del médico veterinario .
El estrés se vuelve problemático cuando las causas que lo provocan persisten en el tiempo o si el animal es incapaz de controlarlas.
En estos casos el estrés se vuelve crónico: los niveles de estrés del animal se mantienen constantemente elevados, sin fases de relajación y recuperación del estado normal.
Esto produce efectos negativos en la salud tanto física como emocional del animal : aumento de la presión arterial, inhibición del crecimiento, respuestas inflamatorias, alteraciones del sistema inmunitario y mucho más.