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Tumores de ovario y útero en perros ¿Qué síntomas deben alarmar?

Los tumores del sistema reproductivo en perros , especialmente del útero y los ovarios, son neoplasias raras y suelen presentarse en la vejez.

Su sintomatología es variable y muchas veces inespecífica, por lo que suelen diagnosticarse de forma tardía.

Tumores de ovario en perros

Los tumores de ovario son raros y representan aproximadamente el 1% de todos los tumores en perros.

Ocurren en la vejez y rara vez y generalmente son unilaterales .

Los malignos tienden a expandirse y afectar la cavidad peritoneal, el hígado y otros órganos.

La diseminación metastásica también ocurre por vía linfática y puede haber derrame abdominal.

Los síntomas son variables.

Algunas de estas neoplasias tienen la característica de secretar hormonas .

En caso de que produzcan estrógenos, se puede observar hinchazón vulvar con secreción, celo persistente, reducción de células sanguíneas.

Si secretan progesterona , puede haber hiperplasia endometrial o piometra .

En el caso de la producción de testosterona , se observa masculinización y un intenso olor a orina.

Los síntomas de las neoplasias de ovario suelen ser inespecíficos , por lo que se diagnostican de forma tardía mediante la realización de una ecografía o TAC abdominal.

Diagnóstico, tratamiento y pronóstico de los tumores de ovario canino

El diagnóstico definitivo se obtiene por examen histológico.

La terapia es quirúrgica y requiere la extirpación del útero y los ovarios.

El pronóstico es bueno si el tumor se extirpa por completo y no hay metástasis.

Tumores del útero en perros

Son neoplasias raras y representan el 0,4% de las neoplasias caninas.

Generalmente afectan al animal adulto o anciano .

La vía de difusión es principalmente linfática y está relacionada con el grado histológico de la enfermedad, por lo que la capacidad metastásica es mayor en tumores indiferenciados.

Pueden cursar asintomáticamente o se puede observar flujo vaginal purulento, piometra, ciclos estrales irregulares, poliuria, polidipsia, letargia, en ocasiones vómitos.

Diagnóstico, terapia y pronóstico.

El diagnóstico requiere que el veterinario realice una ecografía abdominal donde, en la mayoría de los casos, se observa una colección cerrada similar a la piometra.

El diagnóstico definitivo requiere un examen histológico.

La terapia electiva es la cirugía con extirpación del útero y los ovarios.

El pronóstico es bueno en el caso de las neoplasias benignas y de extirpación completa en el caso de las malignas.