La comunicación está en el centro de los intercambios intraespecíficos e interespecíficos. Los trastornos y problemas de comunicación aparecen cuando el perro percibe mal las señales de comunicación o no las percibe en absoluto.
Se derivan del desconocimiento del hombre del repertorio comunicativo canino o de la presencia concomitante de otros trastornos orgánicos o psiquiátricos.
Dos tipos de afecciones (orgánicas o conductuales) pueden propiciar la aparición de estos trastornos.
MOTIVO DE LA VISITA
Los principales motivos de visita asociados a esta patología son agresividad (40%), visitas por mordeduras de perro (16%), vocalizaciones (15%) y destrozos (10%).
Los trastornos de la comunicación representan el 20 % de los diagnósticos establecidos y afectan a casi el 40 % de las personas que se presentan para exámenes conductuales.
Y PIDEMIOLOGÍA
No se destaca predisposición racial, de género o de edad. En cambio, los animales adoptados de un refugio o perrera están más interesados.
Esto puede explicarse por la multiplicidad y variabilidad de señales de un entorno a otro, a las que el perro lucha por adaptarse.
SIGNOS CLÍNICOS Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Los principales síntomas presentes en caso de trastornos de la comunicación son inespecíficos.
Sin embargo, es interesante notar que más del 90% de los individuos tienen al menos una prerrogativa jerárquica, como una perrera estratégica.
Esto permite acercar los trastornos de la comunicación a las sociopatías, ya que la presencia de al menos una prerrogativa es un requisito indispensable para el desarrollo de estas últimas.
Una cuarta parte de las personas con trastornos de la comunicación no tienen otro trastorno del comportamiento.
Para estos individuos, es muy probable que la comunicación con los propietarios sea infructuosa, y que este defecto por sí solo explique las conductas perturbadoras observadas.
Otra cuarta parte de los trastornos de la comunicación están asociados con trastornos del desarrollo, como el síndrome de hipersensibilidad-hiperactividad y el síndrome de privación.
En estos individuos, las alteraciones del filtro sensorial les impiden recibir o emitir señales de comunicación coherentes, de ahí las manifestaciones clínicas observadas.
Finalmente, otra cuarta parte está asociada a la presencia de trastornos fóbicos: el estado emocional del animal afecta directamente a su capacidad para recibir o emitir señales de comunicación efectivas.
Ningún estado emocional patológico se relacionó estadísticamente con los trastornos de la comunicación. Los animales afectados se encuentran en su mayoría en un estado reactivo.
Cabe señalar que la línea con las sociopatías es sutil y algunos conductistas creen que los trastornos de la comunicación constituyen una etapa «presociopática».
El conocimiento del repertorio comunicativo canino es fundamental para prevenir la aparición de determinados trastornos del comportamiento, especialmente sociopatías.
La adopción de una comunicación coherente permite mitigar los efectos indeseables relacionados con estados ansiosos o fóbicos.
P ROGNÓSTICO
Los trastornos y problemas de comunicación suelen evolucionar hacia la sociopatía, la fobia social, la desocialización, dando lugar a trastornos ansiosos o depresivos (especialmente ansiedad por desritualización), aumento de la frecuencia e intensidad de las agresiones, comunicación incoherente, aumento de la frecuencia de rituales y estereotipias. conductas o incluso un defecto en el apego al grupo social.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN
El punto clave del tratamiento se basa en la terapia conductual basada en el manejo de los trastornos conductuales concurrentes y una redefinición etiológica.
Permite volver a enseñar al propietario a comunicarse con su mascota para restablecer una comunicación clara y eficaz.
El veterinario especialista en comportamiento juega un papel fundamental.
La presencia de prerrogativas concedidas al animal juega un papel preponderante en la aparición de estas perturbaciones.
En cuanto a la comunicación intraespecífica, es recomendable dejar que los perros expresen su secuencia de encuentro en su totalidad, dejándolos libres en sus movimientos y limitando las intervenciones en caso de manifestaciones consideradas conflictivas por los propietarios.