Skip to content

Nutrición y salud gastrointestinal en perros

El tracto gastrointestinal de los perros realiza cuatro funciones principales que subyacen a todas las funciones vitales del organismo: ingestión, digestión, absorción y defecación.

Ahora se ha demostrado que numerosas enfermedades tanto del sistema gastrointestinal como extraintestinal están asociadas con la calidad y composición de los alimentos, como se puede observar en humanos en enfermedades coronarias, hipertensión, obesidad, diabetes mellitus y algunas formas de cáncer.

Un alimento de calidad tiene todos los nutrientes que necesita el sujeto al que está destinado y, por lo tanto, es completo y equilibrado gracias al equilibrio entre los distintos componentes.

A todos estos elementos se suma la flora intestinal en cuya composición influyen múltiples factores: genéticos, nutricionales y ambientales.

INFLUENCIA DE LA DIETA EN EL CONTROL DE LAS ENTEROPATÍAS INFLAMATORIAS

Las enteropatías inflamatorias (EII) son un complejo de patologías gastrointestinales crónicas, idiopáticas y heterogéneas caracterizadas por un infiltrado celular muy variado en la lámina propia.

Son las causas más comunes de vómitos y diarreas crónicas en perros y tienen múltiples causas como variaciones genéticas individuales, factores ambientales externos y alteraciones de la flora microbiana intestinal.

La inflamación intestinal es solo la manifestación final de muchas patologías del tracto gastrointestinal  con una causa inicial desconocida y, por lo tanto, tiende a identificarse posteriormente como enfermedad inflamatoria intestinal idiopática o EII.

La intervención nutricional para controlar la microflora intestinal que interactúa continuamente con el entorno intestinal y las células huésped, creando un entorno propicio para las bacterias beneficiosas, juega un papel importante en la prevención y el control de la EII.

Ahora está claro que las influencias de la dieta en la flora intestinal juegan un papel esencial en la salud animal.

Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, mejoran la absorción y digestibilidad de los nutrientes, modulan las funciones inmunitarias, inhiben las reacciones inflamatorias y previenen las respuestas alérgicas y potencian los mecanismos de defensa naturales.

Además de los probióticos, los prebióticos también son de creciente interés :  los carbohidratos, resistentes a la digestión enzimática en el tracto gastrointestinal, son fermentados y metabolizados por microorganismos de la flora en el intestino delgado y el colon.

Los antioxidantes se recomiendan en perros más susceptibles al estrés oxidativo, aunque la ausencia en el infiltrado intestinal de un número significativo de neutrófilos y macrófagos, principales productores de agentes oxidantes, sugiere una necesidad menor que en humanos con un cuadro clínico similar.