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La importancia de evaluar al perro ya presente en la casa antes de adoptar un segundo

Cuando introducimos una segunda mascota en un sistema familiar, las relaciones sufren modificaciones. Antes de adoptar un segundo perro, es útil buscar el consejo de un médico veterinario conductista que valore si existen o no las condiciones para introducirlo en la familia.

El profesional, a través de la visita conductual, evaluará el bienestar psicofísico del perro ya presente en la casa, prestando especial atención a evaluar si se ha socializado con sus congéneres y en qué medida, y si alguna vez ha mostrado signos evidentes. de agresión intraespecífica durante los paseos e interespecífica dentro de la unidad familiar.

Si se observa que el sujeto ha sido poco socializado y muestra signos evidentes de agresión hacia sus congéneres, es absolutamente desaconsejable introducir otro perro. En el caso en cuestión, sin embargo, será necesario emprender un programa de rehabilitación.

EVALUAR EL  ESTADO  DEL PERRO YA  PRESENTE EN LA CASA

Antes de introducir a otro perro en un sistema familiar, es fundamental conocer la dinámica relacional existente y el estatus jerárquico dentro del núcleo en el que vive el perro ya adoptado.

Un perro que no respeta a los miembros de la familia, desobedece, no responde a los comandos básicos y manifiesta problemas evidentes relacionados con su  estatus  jerárquico , debe ser seguido por el terapeuta.

Si en el pasado ha mostrado claros signos de agresión hacia uno o varios miembros de la familia, es recomendable planificar un curso de reeducación adecuado, en el que muchas veces también es necesaria la intervención de un adiestrador canino.

En estos casos es absolutamente desaconsejable adoptar una segunda mascota.

Todos los miembros de la unidad familiar deben participar en el examen de comportamiento, de esta manera será más fácil para el veterinario evaluar objetivamente el clima familiar en el que vive el animal. Las riñas, los conflictos entre padres e hijos, la incongruencia en la educación o las actitudes de miedo o, peor aún, el hecho de ser ignorado por uno o varios miembros del núcleo familiar representan otras tantas fuentes de malestar para la mascota.

Las personas que viven en un entorno desarmonizado a menudo desarrollan patologías del comportamiento.

Una vez establecida la etiología, el conductista prescribirá un programa educativo basado en la regresión social guiada. Incluso una vez resuelto el problema, será tarea del conductista establecer si es adecuado alterar las dinámicas surgidas dentro del sistema familiar, introduciendo otra mascota.

Otra cuestión a tener en cuenta es la elección de raza, sexo y edad. No todas las razas de perros muestran intereses comunes, por lo que si el cliente quiere adoptar otro perro para darle un compañero de juegos al primero, siempre será conveniente pedir consejo a un veterinario conductista que, examinando al animal, podrá dar la respuesta adecuada. respuestas a las preguntas planteadas por el cliente.

La convivencia entre perros de diferente sexo es bastante fácil de manejar, pero muchas veces requiere la gonadectomía de uno de los dos sujetos, para evitar embarazos no deseados. Si por el contrario se decide no intervenir a ninguna de las dos perras, será necesario informar al propietario del comportamiento y de los signos evidentes que se producen en la fase de proestro, para que se disponga a separarlas. .

Durante los días del estro propiamente dicho, la hembra está disponible para aparearse y busca al macho con insistencia. Por ello será necesario evaluar el entorno en el que viven los perros para evitar posibles problemas de manejo.

Si el perro recién llegado no es un cachorro, sino un adulto, quizás sacado de una perrera, sería recomendable, incluso antes de la adopción, visitarlo, para evaluar su estado psicofísico.