El dueño de la mascota tiene la tarea de enseñar al perro a jugar cuando es cachorro . Es importante acostumbrarlo a jugar solo, con sus congéneres y con personas de todas las edades, para facilitar la socialización intraespecífica e interespecífica.
Hay reglas muy precisas que deben respetarse, relativas a la gestión del juego :
– siempre es el propietario quien debe interrumpir la sesión de juego;
– no debe ser el perro quien tome la iniciativa, sino el dueño de la mascota ;
– siempre es el compañero humano quien maneja el juego, nunca la mascota;
– si la mascota muestra demasiado ímpetu, debe detenerse.
Para que el dueño de la mascota adquiera la experiencia que le permita realizar sesiones de juego correctas y útiles, deberá seguir los consejos del veterinario conductista y documentarse leyendo libros o revistas especializadas.
Ningún perro posesivo de los juguetes.
Los juguetes tienen una importancia significativa para el perro y son herramientas educativas muy útiles , ya que brindan al dueño de la mascota la oportunidad de crear una relación estable con su mascota.
Es importante que la mascota no desarrolle ningún tipo de posesividad hacia algún juguete , de hecho estos últimos representan recursos para el perro, pero si se manejan mal, pueden derivar en problemas relacionales.
Enseñar al perro a jugar: el papel del veterinario conductual
Si hay problemas de gestión, la figura del médico veterinario comportamental representa la figura de referencia para el propietario .
Gracias al análisis de la dinámica relacional existente, el profesional comprenderá qué errores comete el propietario y podrá orientarlo hacia una gestión más responsable y cuidadosa.