La gestación histérica o pseudopreñez es un fenómeno que se produce en la perra al final del diestro (unos 2 meses después de la ovulación), es decir, la fase del ciclo sexual que sigue al celo.
Este fenómeno se caracteriza por el desarrollo de las glándulas mamarias con secreción de material seroso amarillento y de consistencia viscosa que puede llegar a la propia galactorrea ( secreción de leche ).
Esta condición puede considerarse parafisiológica en esta especie, ya que la tendencia hormonal de la perra en diestro es superponible a la gestante.
En los cánidos salvajes ( lobos ) a nivel evolutivo, este fenómeno es importante ya que las hembras adultas no fecundadas pueden asumir el papel de «nodrizas o niñeras» hacia las crías de las hembras jerárquicamente dominantes.
De hecho, en la perra después del celo, siempre tenemos una fase lútea muy larga, esto significa que siempre se produce la hormona del «embarazo» , la progesterona , sin una distinción clara entre sujetos gestantes y no gestantes.
El pseudoembarazo también puede surgir como efecto de una caída hormonal brusca, por diversas situaciones, por ejemplo 3-4 días después de una esterilización quirúrgica realizada en la fase diestra, después de la suspensión de una terapia a base de progestágenos, o después de una terapia abortiva o de una afección. de piometra (infección uterina).
¿Cuáles son los síntomas del embarazo histérico?
Los síntomas de esta condición a veces son muy exagerados en algunos sujetos , y son tan propios del término de gestación que pueden llevar a los dueños a pensar que hay un parto inminente.
De hecho, esta condición , además de caracterizarse por la producción de leche, suele ir acompañada de cambios de comportamiento que pueden imitar la actitud de la perra a punto de dar a luz.
Los síntomas suelen surgir entre la sexta y la duodécima semana de celo.
Puede ser extremadamente sutil al principio y manifestarse con un aumento del apetito y del peso combinado con una sobredistensión del abdomen.
Posteriormente, además del síntoma más sospechoso para el propietario, representado por la galactorrea, puede presentarse inquietud, disminución de la actividad física y búsqueda insistente de un lugar para retirarse.
Muchas perras se vuelven anoréxicas en esta fase (no se alimentan) y muestran actitudes maternales hacia objetos inanimados, como pantuflas o peluches.
¿Y el diagnóstico?
El diagnóstico se realiza en base al cuadro clínico , característico si hemos excluido un embarazo, y generalmente no requiere de posteriores confirmaciones hematológicas salvo en presencia de patologías concomitantes.
Es muy importante establecer una terapia adecuada con su veterinario en función de los síntomas clínicos presentes, para evitar complicaciones.
Puede ser recomendable tomar precauciones, como el collar «Elizabeth» , para evitar estimular la producción de leche para evitar que la perra le lama las tetillas.
Muchas veces puede ser necesario el abordaje farmacológico, este hace uso de moléculas antiprolactina, dopaminérgicas o antiserotonina que, administradas por vía oral, permiten reducir la sintomatología hasta eliminarla por completo en pocos días de tratamiento.