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Educar al perro: ¿por qué es importante hacerlo bien?

El proceso de educación del perro debe preocupar tanto al animal como al propietario. La posesión consciente del animal es un elemento fundamental para una buena relación.

La correcta comunicación representa el primer paso para establecer una correcta relación humano-perro.

Una vez que el dueño haya aprendido a comprender qué señales envía el perro y su significado, así como el enorme impacto que el comportamiento humano puede tener en el perro, seguramente se enfadará menos con su mascota cuando haga algo que no hace y más. consciente de las consecuencias que sus actos pueden tener.

Leer e interpretar correctamente el lenguaje postural de su mascota permite a los dueños intervenir adecuadamente y prevenir comportamientos no deseados.

Por ejemplo, algunas personas piensan que su perro es «dominante» porque les gruñe cuando lo regañan.

En realidad muy a menudo este no es el caso y el perro simplemente está asustado y está exhibiendo una postura de sumisión para tratar de evitar el «evento agresivo».

Reconocer el miedo, la ansiedad y las señales de sumisión es, por tanto, fundamental para el propietario (pero también para el perro), para evitar accidentes peligrosos.

En este contexto, el médico veterinario juega un papel fundamental, pues debe ser capaz de orientar al propietario en la elección más adecuada.

Diferencia entre entrenamiento y educación.

También es necesario distinguir la formación de la educación .

En el primer caso se capacita al perro para hacer cosas nuevas y particulares, encaminadas a un fin específico (ej. agilidad , búsqueda, rescate, etc.), en el segundo caso se favorece la tendencia natural del perro a seguir las reglas; Se enseñan reglas útiles para la convivencia con los humanos: como esperar atención, caricias, comida o juego, volver a las llamadas, andar con correa, etc.

Tanto la educación como el entrenamiento deben basarse en el refuerzo positivo , recompensando los comportamientos deseados, en lugar del castigo.

La sesión de educación o entrenamiento debe ser vivida por el perro como algo placentero.

Evite todos los métodos de entrenamiento que impliquen dolor físico o frustración (por ejemplo, clavos o collares eléctricos).

En cuanto a las herramientas de sujeción y adiestramiento (correas, collares, arneses, bozales), se deben utilizar únicamente herramientas adecuadas al tipo de perro en cuanto a tamaño, conformación y temperamento.

Deben evitarse absolutamente los instrumentos que sean dolorosos o creen molestias para el animal.

LOS ERRORES MÁS COMUNES EN LA EDUCACIÓN DIY

• Elogiar al perro en exceso al final de una sesión de entrenamiento

• Espere que el perro entienda cuando le explique un ejercicio con palabras

• Llevar a cabo sesiones de entrenamiento en situaciones que le resulten difíciles de manejar y en

que no puede concentrarse

• Momento incorrecto para premiar al perro

• Trate de entrenar a varios perros al mismo tiempo

• Sesiones de entrenamiento demasiado largas

• Ponerse nervioso, agitado y apurado

• No reconocer la presencia de un posible problema o dolencia

conductual

¿EN QUÉ PROFESIONALES PUEDE CONFIAR?

Suele suceder, en el lenguaje común, escuchar hablar de educadores, monitores y adiestradores caninos sin distinción, como si estos temas fueran intercambiables entre sí o estos términos fueran sinónimos utilizados para indicar una misma figura profesional.

En realidad, se trata de profesionales que siguen cursos de formación específicos.

el educador

El educador es quien enseña a los dueños cómo convivir con su perro de la mejor manera posible, cómo manejarlo en casa, en público y en presencia de sus compañeros.

El objetivo de la educación es la correcta introducción del animal en el contexto familiar y social.

el entrenador de perros

El instructor de perros es en efecto un educador, pero también ha aprendido las técnicas específicas necesarias para preparar al perro para realizar determinadas tareas: competiciones deportivas (por ejemplo, Agility , Obedience, Flyball, Sheepdog, etc.), actividades antidrogas, búsqueda de desaparecidos. personas, salvamento en el agua, terapias y actividades asistidas (la denominada Petterapia ), caza, etc.

Sigue a los perros, «entrenándolos» en base a las peticiones particulares del propietario, como por ejemplo el ir a buscar, la conducta a pie o en bicicleta, no ladrar al sonido de la campana, etc.; también puede apoyar y asistir a un veterinario experto en comportamiento en algunas fases del proceso de recuperación conductual de perros con problemas.

el entrenador de perros

El adiestrador canino es la figura profesional que se ocupa de entrenar perros en diversas actividades deportivas, de acuerdo con las aptitudes naturales de la raza específica.

Para poder realizar el curso de formación como adiestrador canino es imprescindible haber realizado el curso de formación como adiestrador canino.

El entrenador, también llamado a veces «representante», es la figura profesional que también prepara al perro ya su guía (es decir, el que apoyará al perro en estas actividades) para las pruebas de utilidad y defensa.