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Cómo cambia la alimentación de los animales en invierno: 5 reglas para recordar

Nutrición animal en invierno: consejos

  • Los sujetos que viven en ambientes caldeados, sin temor al frío ni a la necesidad de ir en busca de alimento, no necesitan ningún aumento del aporte calórico en la ración diaria de alimentos. En los animales homeotérmicos, que mantienen constante la temperatura corporal independientemente de la temperatura ambiente, el descenso de ésta conduce al aprovechamiento de las reservas de grasa corporal.
  • En los sujetos que viven en interiores, los radiadores encendidos tienen un clima primaveral y, por lo tanto, no necesitan tales cambios en la dieta. Por otro lado, el requerimiento de energía debe ser reevaluado para perros que viven en habitaciones sin calefacción incluso en invierno.
  • Mientras que las altas temperaturas aumentan el trabajo físico y la dispersión de los líquidos, por el contrario las bajas temperaturas aumentan la demanda de energía para mantener la temperatura interna. El estrés psicofísico aumenta la temperatura y la frecuencia respiratoria con una mayor demanda de energía, agua y electrolitos.
  • La concentración energética de los alimentos preenvasados ​​destinados a sujetos que practican actividad deportiva es igual a 4,2 kcal/g de materia seca. Además, también es necesario evaluar el tipo de actividad física a la que se somete al animal.
  • La administración de los alimentos debe tener en cuenta el tipo de actividad física realizada. En el caso de competiciones a pie, son preferibles raciones pequeñas justo antes de la carrera, con una concentración de hidratos de carbono del 30-40% sobre materia seca.