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Alimentación de perras gestantes y reproducción

¿Qué consejos dietéticos dar al dueño durante la reproducción y gestación de su mascota? Una de las mayores alegrías para los dueños de perros es dar a luz y criar una camada.

De hecho, el nacimiento de los cachorros, además de ser un momento fundamental en la vida de tu perro, es una experiencia única para toda la familia.

Es útil dar al propietario consejos alimentarios útiles para el cuidado de la perra durante la gestación.

Alimentación de perras reproductoras

La relación entre nutrición y reproducción es cuantitativa (influencia en el crecimiento del feto, producción de leche) y cualitativa (influencia en el equilibrio hormonal y por lo tanto en la fertilidad).

La reproducción se divide generalmente en tres períodos: fecundación, gestación y lactancia. A estos, a menudo, se les debe agregar la recuperación después del secado. Cada una de estas fases corresponde a un comportamiento dietético diferente.

Para una fecundación exitosa

Las condiciones de la hembra destinada a la reproducción deben ser impecables. Por lo tanto, ante la probable aparición de celo, es aconsejable un control veterinario, para identificar defectos y problemas patológicos.

En el momento del apareamiento, la perra debe encontrarse en excelente estado físico y poseer las adecuadas reservas de principios nutritivos. Según una teoría, actualmente desprovista de apoyo científico fiable, una alimentación más abundante antes del estro sería capaz de producir un mayor número de óvulos y por tanto un mayor número de cachorros.

La infertilidad también puede deberse a causas alimentarias.

Principales causas de la infertilidad transmitida por los alimentos:

  • Comer en exceso y obesidad
  • Subalimentación energética
  • Deficiencia proteica cuantitativa o cualitativa
  • Deficiencia de ácidos grasos esenciales
  • Deficiencia de vitamina A
  • Deficiencia de vitamina E
  • Deficiencia de zinc
  • Deficiencia de yodo

Alimentando perras embarazadas

El embarazo exitoso es evidente de 3 a 5 semanas después del apareamiento. En este período, la perra no necesita ningún complemento alimenticio porque los fetos aún son muy pequeños.

En el último tercio del embarazo los fetos crecen rápidamente y la madre debe proveer para su mantenimiento; si su ingesta de alimentos no es suficiente, recurrirá a sus propias reservas corporales, es decir, comenzará a «comerse a sí mismo».

Una buena regla es, por tanto , aumentar la cantidad de alimento en un 20-40%, dependiendo del estado de la perra y del presumible número de cachorros (en general, los perros de talla pequeña tienen camadas menos numerosas que las de talla grande y, por los de raza, se conoce el promedio de cachorros por camada).

A medida que se acerca el parto, identificable por la detección del descenso de la temperatura corporal, se aconseja mantener a la hembra en ayunas, para mantener despejado el sistema digestivo.