Saltar al contenido

¿Cómo saber si tu perro está estresado? Estos son los síntomas

Siempre que el perro está estresado, se lo «comunica» al dueño. Los síntomas del estrés en perros son muchos y son tanto fisiológicos-funcionales como conductuales. Veamos cuáles son los síntomas más frecuentes y cuáles son las causas más comunes de estrés en los perros.

¿Cuáles son los síntomas de un perro estresado?

Los síntomas más frecuentes que podemos encontrar en un perro estresado son: nerviosismo, inquietud, temblores, jadeos, reacciones excesivas, expresiones vocales exageradas, suciedad en la casa, problemas gastrointestinales como diarrea o vómitos, daños en objetos, mal aliento, comida alergias, pica, coprofagia, problemas de piel caída excesiva del pelo o picores.

También son frecuentes síntomas como estereotipias (lamerse repetidamente una pata, o una zona del cuerpo, ladridos continuos),  o formas de agresión.

Al provocar una disminución del sistema inmunitario, el estrés facilita la entrada de patógenos. Por ello, los sujetos sometidos a condiciones estresantes enferman con mayor facilidad.

Causas del estrés en los perros

¿Cuáles son las causas del estrés en los perros? Los perros  de  cualquier edad y raza pueden estar sujetos a estrés ; sin embargo, el umbral de estrés tolerable tanto en términos de intensidad como de duración varía para cada individuo.

Cualquier cambio puede alterar mucho la psique del perro. Por ejemplo, la introducción de otra mascota o la llegada de un bebé al sistema familiar podría ser una fuente de estrés para el perro.

Otras fuentes de estrés en el perro pueden ser: la mudanza a un nuevo hogar, los trastornos de relación entre la mascota y sus familiares, un largo viaje en coche, tren o avión , las exposiciones caninas, las actividades deportivas demasiado intensas, los acontecimientos dolorosos como el duelo o enfermedad del dueño, hospitalización en pensión para animales , estro de la hembra, falta de sueño y convivencia en ambientes hacinados y confinados.

En caso de cambios en la rutina familiar o tras la aparición de algunos de los síntomas enumerados, es recomendable contactar siempre con el médico veterinario del comportamiento para que el perro experimente los cambios de forma serena y controle el estrés.