Algunos dueños intentan dar a sus mascotas una alimentación más sana y por ello recurren a alimentos que tengan una declaración de moda: naturales, orgánicos, sin organismos modificados genéticamente (OGM), sin conservantes, sin antioxidantes, etc.
Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿qué se entiende por el término «natural»? La definición de «alimento natural» no tiene el mismo significado en Europa y América del Norte, donde la legislación es más permisiva.
Según la normativa europea, el término «natural» indica una sustancia extraída de plantas, animales, minerales o microorganismos, a la que no se le ha añadido nada , pero que puede haber sido sometida a un tratamiento físico (pero no químico) , como congelación, triturado, ahumado, con el fin de poder utilizarlo para la elaboración de croquetas que mantengan la composición original.
Para que un alimento sea etiquetado como «natural» , debe estar compuesto únicamente de sustancias naturales , como se indica en la etiqueta. Esto por lo tanto significa que no contiene productos de la industria química, pero no que sea de buena calidad.
Los alimentos naturales utilizan como argumento de venta el hecho de que son más ricos en proteínas de buena calidad, y el envase sugiere al consumidor que contienen carne.
Sin embargo, verificando la composición, son subproductos de origen animal. Los que reportan cantidades muy elevadas de proteína bruta contienen generalmente leguminosas (guisantes, lentejas) como fuente de almidón, que aportan proteínas vegetales, pero suelen ser también más ricas en cenizas totales (índice de cenizas o materia inorgánica superior al 9% de la sustancia seco) frente a los alimentos clásicos, debido al uso de harina de huesos carnosos que los hace menos digeribles.
En conclusión, descifrar las etiquetas de los alimentos no es fácil y para elegir la dieta que cubra las necesidades nutricionales de tu mascota siempre es buena idea contactar con tu veterinario .